viernes, 28 de octubre de 2016

Megaterio en Sucre

Vinieron por un Gliptodonte y hallarón un Megaterio 

 

Aunque la imagen de Sid el protagonista de la Era de Hielo no es tan precisa es la referencia más cercana y popular que tenemos de los megaterios, antiguos osos perezosos que podían llegar a medir seis metros de largo y que habitaron el Distrito ocho del municipio de Sucre, donde una expedición paleontológica boliviano-argentino-uruguaya encontró una mandíbula en el sector de Lloque Loma aproximadamente a tres kilómetros de Potolo.

 Buscando Gliptodontes  

 


El 25 de octubre dos vehículos, uno de la Dirección de Turismo del Gobierno Municipal de Sucre y otro del Concejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de la República Argentina CONICET partieron al Distrito ocho para constatar el hallazgo de fragmentos de un caparazón o coraza de Gliptodonte, mamífero que vivió hace casi tres millones de años durante el pleistoceno, fue un animal parecido a un armadillo gigante del tamaño de un Volkswagen escarabajo.


En la zona Pablo Toriño de la Facultad de Ciencias Naturales de la república de Uruguay que fue uno de los primeros en observar las piezas de caparazón que se encontraban amontonadas en un montículo certifico que se trataba de fragmentos de un gliptodonte adulto que según sus estimaciones es más grande comparado a los observados en Yamparaez y el Parque Cretácico.

Los expertos argentinos y uruguayo llegaron a Bolivia con el objetivo de encontrar nuevas especies de Gliptodonte que varían en su forma y tamaño respecto a su adaptación a diferentes ambientes los encontrados en el Distrito ocho son las especies que vivieron en mayor altura.


El paleontólogo argentino Alfredo Zurita aseguro que los gliptodontes de Bolivia son mucho más pequeños que los de la región pampeana de la Argentina, por lo mismo podrían constituir otra especie dentro de la misma familia que habito durante la era de hielo países como Brasil, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Argentina y Bolivia.

A lado de los fragmentos yace el caparazón que mide 1.35 cm, enterrado de costado, la erosión de la tierra  deja ver claramente los bordes blanquecinos y el patrón de la coraza que se asemeja en ciertos sectores al dibujo estandarizado de las flores con un círculo central grande rodeado de círculos pequeñitos y en la parte más baja la coraza tiene un borde similar a una letra m continua.

Un colegio apasionado por la paleontología 



Fragmento de coraza ya extraídos de otros sectores de Potolo se encuentran en dos salones de la escuela 6 de Junio B, tres totalmente limpios en exposición y en otra sala varios estudiantes de tercero y cuarto de secundaria trabajan con mucho entusiasmo en horarios extracurriculares limpiando la tierra y sedimentos de un sinfín de piezas de diferentes tamaños, según informo Douglas Rodriguez maestro del área de ciencias sociales.


Abran Cayhuara estudiante de la promoción cuenta que el caparazón del herbívoro fue encontrado en la comunidad de Quetzera zona Kocho K’asa por un estudiante de nombre Fredy Choque que informo al profesor Douglas quien organizo una expedición y luego un plan de extracción de la pieza que duro dos semana “a los chicos les encanto, iban todos los días entusiasmados en grupos se turnaban llevando sus piquitos y pinceles” cuenta el maestro Rodriguez.
 
“Ese día del traslado ha llovido mucho pero estábamos bien felices, todo el colegio fue a trasladar” cuenta Maritza Cervantes que  nunca vio los restos de un animal semejante, afirma que la mitad del camino los estudiantes llevaron sobre sus hombros el caparazón del gliptodonte y luego les alcanzo una camioneta. Quienes fueron aquel día se sienten orgullosos al haber aportado al crecimiento del atractivo turístico de Potolo.

El año 2002 la profesora Lidia Espada comenzó un interesante proyecto de formar una sala museo dentro del colegio con piezas que los estudiantes pudieran recuperar de los alrededores y que antes se encontraban a merced de la intemperie y la codicia de los extraños. Ahora se tiene una colección completa de piezas paleontológicas y arqueológicas que van desde chullpas, hachas, vasijas, plomadas, quipus, topos hasta fósiles de animales marinos como caracoles y en este último tiempo gliptodontes.
 
Sin embargo los resultados de esta reciente expedición internacional serán expuestos en el Museo de Interpretación Histórica que se encuentra a lado del colegio 6 de Junio B, en la plaza central y que cuenta en la actualidad entre sus mayores atractivos, piezas enormes de roca que fueron recuperadas durante la construcción de una represa de agua y que contienen huellas de Estegosaurios y  Terópodos.
   

Apareció Sid

 

El 26 de octubre por la mañana los paleontólogos argentinos Alfredo Zurita y Angel Miño se encontraban rastreando la zona de Lloque Loma, mientras el doctor Francisco Cuadrelli y el uruguayo Pablo Toriño se esforzaban por sacar una pieza de hueso semierosionada encontrada a pocos metros del caparazón, la hipótesis que tenían era que se trataba del femur u otra parte del gliptodonte.



Retornando sin novedades Zurita y Miño llegaron justo para observar como dos horas de intenso piqueteo culminaban con la aparición de una pieza de entre 30 a 40 centímetros que lograron extraer después de un tratamiento de enyesado minucioso que estuvo a cargo de Cuadrelli y Toriño.


Al avanzar unos pasos a la derecha del lugar de trabajo el experto Cuadrelli presta atención a una pieza que estaba expuesta y asombrado llama la atención de sus compañeros “Mira!!!”, ante la incertidumbre seguida de visible sorpresa y preguntas como “donde?”,  “lo agarraste así nomás?” explica emocionado “estaba acá nomas!”, luego el guía de la expedición Juan Carlos Daza apunta hacia otra persona y afirma “ella lo movió hace rato en la mañana”.

 “Moví una pieza grande que estaba en una bajada casi fuera de la tierra y  pregunte que podría ser, antes había hecho otras preguntas con piezas que resultaron ser piedras, sedimento… bostas” afirma la periodista de radio Alina Cuentas que se sumó casi de improviso a la expedición en horas de la mañana. “como era ya casi noche y no se veía nada Ángel Miño  me respondió - solo Dios sabe que será” cuenta sin poder ocultar la emoción de haber contribuido al hallazgo.



“Mientras estaba sacando este material (el hueso), apareció una mandíbula” asevera Cuadrelli que cambio totalmente su hipótesis sobre el hueso extraído con tanto trabajo abriendo la posibilidad de que sea parte del nuevo animal encontrado posiblemente el humero de perezoso.  Con plena satisfacción la mandíbula fue entregada de inmediato a Ángel Miño que comenzó a limpiarla y develo en su parte superior cuatro fantásticos dientes cuadrados, perfectamente conservados y en los cuales se puede apreciar la estructura de la pieza.

Dos animales del pleistoceno que dejaron sus restos casi juntos, según los expertos porque ambas especies compartían los alimentos y el agua muy escasos en esta zona lo cual hace suponer al igual que en la película de dibujos animados “La era de Hielo” que distintas especies caminaban juntas en manadas. Pero esto es una suposición bastante arriesgada y tal vez influenciada por el celuloide, ya que se necesita investigar a profundidad la naturaleza de estos hallazgos.
 
Lo cierto es ambos animales gigantescos que podrían batirse incluso con dinosaurios (si hubieran coincidido en su tiempo) recorrieron las pampas, los ríos, los cerros oscuros, circulares y característicos de Potolo que ahora luego de millones de años inicios de noviembre podrá ver estas piezas expuestas en el Museo de Interpretación del municipio.
 






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